miércoles, 21 de septiembre de 2011

Prefacio (3)


Libro Tres
Jacob…



Te hablo con el alma: apenas te vi,
mi corazón fue volando a tu servicio,
en el que permanece hasta hacer de mí un esclavo.
William Shakespeare.
La tempestad, acto III, escena I


PREFACIO:
Los años mas felices de mi vida…
O al menos así lo considere por mucho tiempo, en ocasiones quería que la telepatía de la enana de Alice viera mi futuro, quizá nunca lo conocería.
Aceptaría cualquier castigo que me emitiera el destino, cuando hiriera tan solo una vez, la razón de mi existir, nunca permitiría alejarme de ella, siempre seria su esclavo, siempre…


jueves, 25 de agosto de 2011

La Venida Catastrófica


La venida catastrófica:
No supe a ciencia cierta cuanto tiempo nos tomo para llegar a Susquehanna, Fawn Grove, solo sabia que era plena mañana cuando pisamos suelo, estaba extenuada y adolorida, por esa razón a rastras me sacaron de avión.
Con los ojos casi cerrados llegamos al aparcamiento donde nos esperaban casi toda la familia, solo Jake faltaba allí. Mi padre se ofreció a cargarme hasta la camioneta.
Escuche sus murmullos cuando vieron mi estado físico, quería decirles que no se preocuparan, pero mi cansancio no me permitió hablar, el débil movimiento, movimiento del auto por la carretera me hiso dormir todo el trayecto, solo fui consiente que mis padres se sentaron conmigo en el asiento de atrás.
No supe quien condujo, no supe la hora exacta, me sentía caliente y protegida, eso era lo único que conocía y juraría.
Débilmente sentí cuando me sacaron del coche, escuche como murmuraban por mí, estaba preocupados por mi estado, no tenían por que hacerlo, me sentía bien, solo necesitaba dormir.
No sufrí de opresión alguna, dormí libre de pesadillas, me estire en mi cama, estaba totalmente envuelta, podría comentar que todo lo ocurrido en estos cinco o mas días fueron producto de mi imaginación, pero al ver mis ropas asimile todo, furtivamente mire el reloj de la mesita de noche, el reloj marcaba las cuatro de la tarde, tome asustada el espejo de mano que tenia allí. Con la respiración acelerada observe minuciosamente mi cuello…
La parte, donde fui dañada estaba casi sanada, casi no se notaba con la excepción que la parte estaba de un tono crema, suspire, esperaba que se desapareciera, no quería tenerla. Con locura me quite de un tirón mi pantalón, allí tenia la misma marca. Me tense, al recordar el ataque de los vampiros. Un llamado de nudillos me hico dar un brinco…
-A- adelante-. Dije cuando controle el ritmo de mi corazón.
Mi madre se asomo en la puerta, con verdadera cara de vergüenza, eso me desconcertó, la única que tendría que estar así era yo, no ella.
Casi me hace brincar nuevamente cuando la tuve en menos de un segundo junto a mí, eso se salía de lo habitual, usualmente caminada normal hasta mí. Se sentó muy cerca de mí, acaricio la arruga que se había formado en mi frente.
-Hola mamá-. Musite entregándome a su muestra de afecto.
-Hola-. Contesto casi inaudible, suspiro entonces.
-Te debo… les debo a toda la familia una disculpa, me siento muy apenada, no hay palabras para describir el estado en el cual me siento, fui una imprudente al alejarme de esa manera de casa, no medí los riesgos que esto produciría, me siento sumamente mal, yo… yo no tengo palabras para justificar mis hechos, yo…-.
-Shhh… calla Nessie, no tienes que justificarte, todos te entendemos, nadie te recrimina por eso-. Me interrumpió ella.
Junto nuestras frentes, pequeñas lágrimas se desbordaron de mis ojos, no era la reacción que esperaba, ¡por mí culpa!, por mi insensatez se habían sumido a disputas, yo era culpable, no tenia que mostrarse tan comprensiva conmigo, esto solo incrementaba mi culpabilidad.
-Mamá-. Musite cuando cerró los ojos, no tenia que hacerlo, yo deseaba que me gritara para sentirme mejor.
-No te regañare Nessie, en absoluto,  no te sientas mal… no te sientas mal… deja de llorar-. Susurro, sin duda le había fallado, de había decepcionado.
-¡No mamá!-. Me queje tomando entre mis manos, su atractivo rostro herido. -No trates de tapar el sol con un dedo, les he fallado a todos, me fugue de casa, no les comunique nada por dos días, no trates de minimizarlo, no…-.
-Shhh… Nessie, calla, no tienes la culpa-. Me volvió a decir.
Apreté los dientes, la culpabilidad no cesaba en nada, con su comportamiento solo lograba que me sintiera peor.
-No madre, ¿Quién es el culpable, entonces? Yo fui la que escapo, yo fui la que resulto herida por vampiros sádicos, por desobediente, no mamá, solo incrementas mis penas, por mi culpa discutisteis con mi padre, es a mis hombros en los que recae la culpa, no sigas así…-. Espete.
-Tu madre y yo peleamos por nuestros errores, no tienes nada que ver con eso, no te culpes hija…-. Comenzó a decir, puse un dedo índice en sus labios para callarla.
-No-. Negué febrilmente con la cabeza. –Yo soy culpable-.
Tomo mi mano que la encubría, acomodo mi mano en su mejilla, le dio en pequeño beso en mi palma, tenia su expresión tranquila, pero podía decir que, lagrimas silenciosas descendían se sus ojos. Ella nunca me diría lo que pensaba en este momento, parecía una carcelera de su propia boca.
Otra persona llamo con nudillos a la puerta, mi madre se todo a la tarea de franquearla, mi padre estaba allí, con la misma expresión.
-Nessie-. Musito mi padre, su rostro se torno enojado.
 Por fin me dirían mi veredicto, lo tomaría feliz, aunque eso significaba décadas de encierro, estaría rezongando y aplaudiendo, porque al fin, tomaría lo que merecía. Mi padre leyó claramente lo que pensaba, entrecerró los ojos.
-Bella, hazme el favor de no ocultar sus pensamientos en este momento-. Refunfuñó él.
Abrí los ojos como platos, eso provoco su desconfianza, no fue mi canto de victoria.
-Edward…-. Resoplo mi madre, él le frunció en entrecejo.
Me causaba verdadero dolor esto, tape mis oídos con mis manos para evitar escuchar esto, grite para callarlos.
-Dejad de discutir, no se dan cuenta que me lastimas vuestra acritud, ¡Mamá!-. La mire exasperada. –No se puede cubrir el sol con un dedo, dejad de ocultar mis pensamientos-. Demande.
Los dos abrieron los ojos como platos, sin duda nunca vieron venir esta actitud de mi parte, pero eran ellos los que me hacían actuar de esta manera, tenían que regresar a ser los mejores padre del mundo, tenían que abandonar su estado enfermizo, no quería que estuvieran en disputa.
-Bella-. Dijo nuevamente mi padre, ella se negaba a retirar su escudo de mí.
Vi perfectamente como a regañadientes cedía, mi padre y yo suspiramos, ella siempre era terca.
-Nessie-. Demando mi atención él, la apaleó de inmediato. -¿Me puedes explicar el porque de ti fuga? Todos estuvimos realmente angustiados por tu falta de quicio, dame una justificación para asimilar tu conducta-. Su tomo mandón me hiso saltar en un inicio, era lo que merecía.
Trague saliva ruidosamente, me prepare para mi respuesta, era lo que merecía.
-por cierto, no trates de cubrir a Jacob, se perfectamente que él es culpable de tu conducta desenfrenada-. Asentí llena de valor.
-Si-. Susurre, mi padre respiro tranquilo. –Fue Jake que se atrevió a decirme lo que nadie tuvo los pantalones necesarios de decírmelo, no lo culpo y no deseo que le recriminen nada-.
En mi mente recordé claramente la discusión que tuvimos, no me di cuenta que mi madre aun tenia su mano sobre la mía, ella también lo vio con claridad.
 Escuche sus bufidos de irritación, la cara de mi padre de vio fiera, sus facciones fueron de vampiro, mi madre mostro los dientes, se puso de pie en un segundo, abrió la puerta en menos tiempo, está  traqueteó, mi madre echaba humo, temí por mí, temí por todos.
 Mi padre se fue detrás de ella, yo quería que me dijeran que era lo que sucedía en este momento.
-¿Qué sucede?-. Grite llena de angustia.
Me ignoraron, fui ignorada, era la primera vez que sentía esta sensación, era horrible.
Salte en la cama cuando escuche el ruido de un árbol vapuleados, las lágrimas regresaron a descender de mis ojos, con una bocanada de aire saque mi pierna que estaba en vía de recuperación.
La camiseta era suficientemente larga para tapar mis glúteos, me sentí un tanto mareada cuando estuve de pie, me apoyé en el respaldo de mi cama, camine y me asome por el gran ventanal,  la vista panorámica se tiño se rojo.
Jacob estaba abajo, se miraba como conejillo de india, como cuando mi madre se enfureció con él hace ya tantos años, coloque mis dos palmas en el vidrio, casi lo quiebro.
-¡Maldita sea Jacob!-. Gruñó mi madre. – ¡No puedo creerlo, por tu estúpida convicción Renesmee casi muere!-.
-¿Qué dices?-. Dijo en tono de confusión.
-¡Si!-. Grito ella furiosa. –Renesmee fue atacada por vampiros en Knoxville, estuvo a punto de morir, ¡Jacod casi muere!-. Coreó histérica.
Mi padre se poso detrás de ella, entonces todas la piezas encajaron… sentí una especie de estocada.
Cuando mi madre me busco no espero por una justificación o convicción de parte de Jacob, bien podía ver la escena sin estar presente. Mi madre se puso como loca ha buscarme, mi padre al ser un lector de mentes, supo cada detalle de mi discusión con Jake, seguramente no tuvo la oportunidad de contárselo a mi madre, ella se puso al lado Jake, como siempre, mi papá se puso como exasperado, he allí el porque de sus discusiones, mi mamá nunca supo con detalle lo que había sucedido, y ahora que estaba enterada, quería degollar a Jacob.
Otra estacada… Jacob tenia una venda en el brazo, seguramente se peleo a golpes con mi padre, seguramente le había roto el brazo, lleve mis manos a mi cabeza, esto se saldría de equilibrio.
-¡Maldita sea Jake!, te he defendido como siega, he tratado de ser sensata en todos los sentidos, pero ahora, ¡tú has sido la gota que ha colmado mi vaso!-. Jacob tembló tenuemente.
Así que eso había sucedido en verdad, los hechos lo delataban, mis padres habían discutido por Jake no por mí, mi padre se había enfurecido con él, mi madre había puesto sus manos por Jacob, ahora era mi mamá la que se oponía a él, ¡la manzana de la discordia!
-Yo… yo-. Tartamudeo, claramente no sabia que responder a la acusación.
Como si fuera poco, Seth apareció de repente seguido de Aleah, quizá Jake pidió su ayuda con mi rastreo, todo empezó a dar vuelta, mas bien, ¡yo era la mareada!
-¡Ja!, por tú culpa ella se fugo, me has decepcionado Jake, has hecho que todos nos viéramos en este aprieto, no hay justificaciones, me vale un comido lo que creas correcto, ¡Nessie no es un objeto al cual puedes poseer cuando se te plazca!-. Elevo su voz por tres octavas.
La familia se vio reunida en un segundo, todos estaban al lado de mi madre, solo Seth y Aleah estaban de su parte, yo lloraba como niña, nunca escalopé las consecuencias que todo esto traería, nadie se dio cuenta que lo estaba presenciando.
-Bella, ¡cálmate por favor!-. Pidió él.
-¡No!, ¿Cómo quieres que me calme? ¡Ya me canse de tu pobre razonamiento!, ¡No me importa tu imprimación! ¡No me importan tus justificaciones y tus “supuestas cavilaciones”!, ¡Su vida estuvo en juego!, ¡Casi muere, maldita sea! ¡Jodete!-. 
Mi madre le tomo de un brazo pero ella se lo sacudió, me sentía impotente, no podía…
Sentimientos encontrados, sentimientos encontrados, ¡sentimientos encontrados!…
Empañe con mis lagrimas el vidrio, no deseaba que mi madre le lastimara, él seguramente no se defendería en nada, sus brazos tensos esperado un ataque lo mostraba, no saldría sano y salvo, le costaría una fractura o un brazo, la fría mirada de mi madre lo demostraba, él temblada como chiquillo asustado.
Sin duda mi tía Rosalie estaba de acuerdo con mis padres, los demás no sabían de que lado estar, pero seguramente por mí, todos estaban en contra de Jacob, Seth se encamino para acercarse mas a su antiguo alfa, él le brindaría hasta la muerte su apoyo, aunque mi padre fuera su mejor amigo.
Todos los recuerdos vivieron a mí, todos y cada uno de ello inundaron mi mente, sentía que yo sufriría y sentiría cada golpe que recibiera Jake como si fuera yo la victima, no se defendería, no se enfrentaría a mi madre, todos estaban listos para cualquier cosa, para defender a mi madre, o para apartarla de él cuando fuera necesario.
-Bella…-. Murmuro nuevamente.
-¡Cállate maldito perro! ¿Como osas a hacerme esto? ¿Piensas que no sufro, que soy una desconsiderada? He callado por muchos años lo irritada que me siento cuando tus ojos se clavan en ella, como un verdadero baboso, ¡odio tu estúpida creencia que sientes en ella!-. Confeso.
Se me callo las fauces, ella nunca lo había confesado y escucharlo de ese modo era inefable…
No quería que le dañara, no quería que le hiriera, yo lo sufriría, sentiría el mismo dolor que le infringieran, yo lo viviría en carne propia.
Seth temblaba de pies a cabeza, sin duda daría hasta su vida por tratar de protegerlo, mi madre estaba cegada por la rabia, no dudaría en estamparse con él por cruzarse en su camino.
Por un momento fue como si yo viera entre sus ojos, como si yo viera entre ellos el rostro rabioso de mi madre, le temía, me daba terror y un miedo profundo sus facciones terroríficas, se miraba como la diosa de la muerte, feroz, imparable, fuerte he inmortal.
Nadie sabia que miraba desde la ventana, había estado ciega, me había engañado y engañado a mis padres, a mi familia, nunca estuve equivocada, el temor a mis padres me mantuvo así todos estos años, el miedo a su oposición, a su negación, con lágrimas  escurriéndose acepte todo…
Le amaba, le amaba como amante, no como hermano, amigo o confidente, su dolor y miedo eran míos también, no quería que le hirieran, no quería sentir su rabia sobre mí, si le lastimaba sentiría a la perfección como mis huesos se romperían, gritaría y me retorcería de dolor.
-¡Jacod!-. Bramido nuevamente mi madre sin poder contenerse.
En menos de un segundo dejo escapar un gruñido gutural de lo más prominente de su garganta, escuchar ese sonido hiso que los vellos de mis brazos se erizaran, mi padre y mi tío Jasper lo vieron venir, se agazaparon rápidamente y la tomaron por los brazos, mi madre era tal letal, que aunque había dejado la superior fuerza en su temporada como bisoña siempre era muy fuerte, los arrastro hasta que tío Emmett también intervino.
Jacob no resistiría otro ataque, mi padre lo había dejado mal herido y si mi madre lo hacia, seria letal, sentí miedo en todo mi ser, mi madre no dejaba de gritar maldiciones al aire, abrí la ventana francesa y me lancé al techo, sentí el malestar de mi cuerpo al hacer este salto, conteniendo mi respiración, aterricé en el suelo.
-¡Nessie!-. Me regaño mi madre.
Quizá esperaba que estuviera de su lado, con todo el dolor de mi alma, me aleje de ellos y cubrí con mi cuerpo a Jake, no permitiría que le dañara mas de lo que estaba, no importaba que fuera mi madre, en este momento mi prioridad era él.
-¿Nessie que haces?-. Dijo en tono de desconcierto. –Regresa a tu cuarto, tus heridas no están del todo sanadas-.
-¡No!-. Mi tono fue de terquedad, todo mundo me miro chocante.
-Nessie… ¡Aléjate, no te metas en esto!-. Grito mi padre.
Temblé al sonido de su voz, pero mas grande era mi necesidad de proteger a Jake que su irritación en este instante, empuñé mis manos, me enfrentaría a ellos si era necesario. Negué con la cabeza, en ese mismo instante, sentí la mano de Jake en mi hombro izquierdo.
-Nessie, Edward tiene razón, ve y recupérate, no te veas implicada en esto por…-.
-¡No!-. Me limite a decir.
-¡Nessie!-. Rugió mi madre en son de reproche.
Las lagrimas comenzaron a descender, la desobediencia no era mi predilecta, odiaba verme en estos aprieto, sentía la refulgencia de Jake a tras de mí, sentía su respiración entrecortada, quería que me tomara de la mano para infundirme temor a lo que iba ha hacer en este momento, mi deseo era que nadie saliera lastimado (emocionalmente hablando).
-Mamá cálmate ¿si?, Resolvamos esto de una forma civilizada-. La voz se me corto en dos ocasiones.
-Nessie no…- comenzó a decir.
-No… ¡No tú mamá!, ¡Tranquilizaos por favor!-. Pedí.
Me desconocí totalmente, era la primera vez que le hablaba así a mi madre, todos lo sintieron, no quería ser insensata, ya era mucho con lo que les había hecho el fin de semana pasado, ya era suficiente, todo…
Sus ojos se movieron como si quisieran llorar, y claro esta, sus lagrimas eran mudas he invisibles, me sentí mal por eso, este dolor me lo llevaría hasta la muerte, mi alma no descansaría aún, cuando estuviera muerta y soterrada a cien metros.
Mi padre sabia perfectamente lo que estaba apunto de hacer o decir, abrió la boca y allí se quedo hasta que yo fui capaz de decir lo que tanto me subyugaba, tome una bocanada de aire, Jake y yo seriamos los que mas sufriríamos en esto, no tenia otra opción, era lo mejor para los dos, para mis padre, para todos…
-Esta bien-. Acepto ella, respiro profundamente en tres ocasiones, sus facciones se relajaron.
Yo era consiente que todo mundo tenia sus ojos puestos en mi rostro, traque saliva ruidosamente, sentía un vértigo amenazando con derivar todas mis fuerzas con el simple aire que pasara, la fuerza gravitatoria me hacia temblar tenuemente.
-Antes que nada, quiero pedirte algo mamá-. Susurre.
Fui consiente que mi padre apretó uno de sus brazos, haciéndole ver que no tenia que temer, o desconfiar, fulmino con la mirada a Jake, sentí por un momento que sus ojos podían ver, como rayos “x” porque Jake trago saliva.
Suspire, camine la distancia que nos separaba, encumbré mi mano derecha para que entendiera a que se debía tanto sortilegio, no se porque razón ella temblada entre los brazos de mis tíos y mi padre, seguramente temía lo peor de mí, quería asegurarle que no debía de temer, ya no sucedería jamás.
Contemplo con sus ojos topacios mi mano alzada, frunció sus labios considerando estrechar la mía, con un suspiro lo hiso, ella ya se encontraba totalmente tranquilizada, ellos la dejaron libre para posar toda su atención en mí, estiro una de sus manos temblantes, sentí su tacto frio en las yemas de mis dedos.
Cerré mis ojos, estada avergonzada y dolida para verla a los ojos en este momento, escuche los pasos de Jacod desesperados por saber que era lo que ocurría, un resoplido de mi madre le previno a venir a donde nos encontrábamos. Le confesé todo, ella simplemente suspiro, al abrir mis ojos, vi su estado taciturno, adivine a que nunca quiso verse en algo como esto, pero ¿que mas podía hacerse? Ella termino asintiendo, se alejo de mí junto a mis tíos, ella busco el apoyo de mi padre, escondió su rostro en su pecho, indispuesta a mostrar realmente lo que sentía en este preciso momento.
-Dejemos a Nessie y a Jake solo por un momento-. Susurro mi padre.
Mis abuelos fueron los primeros en acceder a la petición de mi padre, mi tía Rosalie bufo en respuesta, pero rápidamente intervino tío Emmett tomándola de un brazo y halándola para llevarla adentro de la casa, mi tía Alice se acerco a mi madre para consolarla, ella se vio a la obligación de no sacudir sus brazos, mi madre parecía como árbol plantado en el suelo, estaba indecisa al dejarme sola con Jake, seguramente temía que escapara de nuevo, no lo haría, ni ahora, ni mañana ni siempre…
Seth y Aleah se vieron indecisos en que hacer, cuando pase a su lado, le pedí un favor mudo, ella asintió dispuesta.
Sentía que a cada paso que daba, mi corazón se fragmentaba y se cortaba, sentía que moriría al momento de confesar y liberarme de todo lo que me consumía por dentro, un nudo se formo en mi garganta…
Camine hasta que estuve segura que me encontraba suficientemente alejada de casa, para que solo Jacob y yo fuéramos participes de esta conversación, después, tal vez, Aleah se uniría a nosotros.
-Sabes…-. Dije consiente que se encontraba detrás de mi espalda. –Lo que ha pasado en estos días no me enorgullece en nada, habría querido que las cosas no hubiese sido tan… tan enfermizas-.
-Si, estoy de acuerdo contigo-. Murmuro.
-Veras Jake, las cosas entre todos se a… complicado, tanto así, se salido de nuestras manos y… no se que vendrá mas adelante-.
El silencio reino por dos minutos aproximados, aun no tenia las fuerzas necesarias para verle a la cara, sabia perfectamente que, cuando lo hiciera, todas mis fuerza fenecerían, tenia que soportarlo…
-Si, también estoy de acuerdo en eso, es algo que no será fácil de olvidar o pasar en alto, tomando en cuanta que Bella se puso como loca-. Suspiro. –Esta no me la perdonara nunca, espero que lo haga, por el amor a lo mas sagrado-. Solo me limite a asentir.
Al ver que me había quedado sin habla, prosiguió:
 -Desearía que hubiera una forma para cambiar lo de hace un rato, y mas, lo que sucedió el pasado fin de semana, no escalopé las consecuencias que nuestra, ejem, discusión traerían-. Se aclaro la garganta, yo hice lo mismo. -¿Te encuentras bien?-.
¿Qué si me encontraba bien? ¿Qué si la estaba pasando como domingo en la tarde? ¿Qué él único que sufría era su persona? ¿Qué no me dolería en nada lo que estaba a punto de hacer o decir?
-Claro-. Respondí de inmediato. –Las extremidades poco me duelen-. Mentí.
Simule que me distraía la tenue luz fritada del sol, captaba mi atención, me sentía frívola, hueca tanto por dentro como por fuera, me mordí la lengua para no decir nada, nada aún.
-Tus piernas tienen buen aspecto, no se nota en nada que hayas sufrido una lesión-. Comento monocordemente, quería distraerme, cambiar la conversación.
-Si, al parecer, la ponzoña vampírica nos sirve a los híbridos como analgésico-. Conteste apesadumbrada. –Ya no me duele en nada-. Agregué.
No había manera de que yo iniciara, o que fuera la precursora de tan mala noticia o condena, no quería que Jacob se viera siempre en riesgo, no… ya no más, esto tenia que acabar ahora, en este preciso momento.
-Y bueno, ¿De que querías hablar?-. Inquirió de repente, como si leyó lo que tanto me mortificaba.
Al estar helada (literalmente hablando) no sentí nada que me empujara a decirle de que venia las cosas, moví mis dedos de las manos nerviosamente, los sollozos amenazaban con condenarme. Escuche sus pasos sobre la tierra húmeda, sentí su aproximación perfectamente, no me aparte de él, no estaba lista aun para hacerlo, con el dolor de mi alma le permití tomar uno de mis brazos, sentí sus dedos cálidos cerrarse en mi contorno.
¿Cuántas veces lo había hecho Jacob? ¿Cuántas s veces lo había percibido de esta manera? ¿En cuantas ocasiones me había hecho estremece de esta manera? ¿Cuántas veces había disfrutado de su tacto?
Le permití que girara mi cuerpo, no sin antes cerrar mis dientes con fuerza, no sin antes jurarme a mí yo interno que todo terminaría en este momento, no sin antes tomar aliento…
Estuve frente a frente con él, me las arreglé para mantener inexpresivo mi rostro, sus ojos oscuros fueron mi perdición.
-La verdad Jake…-. Inicie con el veredicto. –No creo que nadie pueda olvidar lo que paso ahora-.
Le frunció en ceño al suelo, pateo con uno se sus pies a una pequeña roca, espere pacientemente por su respuesta.
-No creo que Bella o Edward me perdonen lo que hice hace unos días contigo, seré paciente, lo único que me importa es ganarme tu perdón-. Susurró al fin.
-No tengo nada que perdonarte Jake, es mas, la que debe disculparse soy yo por tomar esa conducta, imprudente y temeraria, fui yo ya que no midió en ningún momento lo que esto ocasionaría-. Me callé, lo voz se me quebrada, así no ayudaba en nada, solo empeoraba las cosas.
-Es un consuelo saberlo-. Espeto para si mismo. –En fin, en realidad, ¿A dónde nos lleva todo esto?-.
¡Tierra ábrete en dos y trágame!
Era el momento de hablar, mis minutos y segundos de receso habían expedido, Jake quería que le confesara todo, así era.
-Quiero pedirte algo-. Confesé. –Y quiero que me prometas que lo cumplirás-. Le llevo medio minuto afirmarme con la cabeza, estaba segura que se arrepentiría cuando se lo indicara. Seria una eterna desgraciada cuando se lo pidiera.
-Quiero que te vallas de aquí-. Dije sin nota de debilidad en la voz.
Sus labios rojos se pusieron purpuras cuando lo escucho, escuche perfectamente su tosco corazón trabajar mas rápidamente, sus ojos dejaron de brillar como lo hacían cuando me miraba, la respiración se le dificulto un poco…
-¿Qué?-. Exclamo, repentinamente ofendido.
-Lo que escuchaste, te pido que te marches, ¿No lo entiendes?-. Murmure amargamente.
-¿Y por que lo pides?-. Escudriñó desconcertado.
¡Miente!, ¡miente por lo más sagrado!
-¿Acaso no es muy obvio? ¿No has tenido los ojos abiertos todos estos años, meses y días?-.  Inquirí con sarcasmo. -¿Deseas que te lo recuerde? ¡Mis padres no lo pueden tolerar mas Jake!-.
-No tienen que tolerar nada, ellos saben perfectamente que nunca podremos estar juntos, que lo único que nos une es nuestra hermandad, porque eso es, ¡Somos hermanos!-.
No puedo ser tu hermana, porque te amo mas de lo que te imaginas
-No te engañes Jake-. Masculle. –Todos sabemos perfectamente que no es así, tú me miras de una forma muy distinta a una hermana, esto no puede seguir más, lo siento, se acabo-.
Le frunció en entrecejo nuevamente al suelo, sus manos temblaron tenuemente, no era el efecto que traía cuando trataba con todas sus fuerzas de no transformarse, ahora lo que lo tenia así eran mis palabras venenosas.
-Tienes razón, estoy cansado de contenerme, lo que siento por ti va más allá que una simple hermandad, yo te quiero con mayor intensidad, mi amor por ti es más intenso que cualquier cosa, no es el aire que me mantiene respirando, eres tú y solo tú, no me imagino una vida alejado de ti, hemos vivido tanto tiempo juntos, que no me importa sufrir porque tu no sientes lo mismo que mí, no me pidas ese, no lo cumpliré…-.
“¿Donde  están los yugos cuando se necesitan?”
No quería un ataque de terquedad en este momento, sonreí torcidamente para engañar  y apaciguar lo que me tumbaría.
-¿Quieres vivir sádicamente por la eternidad? Muy bonito Jake-. Me burle. –De todas formas ya lo prometiste, ahora lo tienes que cumplir-. Reitere.
No sufras mas, tu sufrimiento me hiere a mí también
-¿Estas muy segura de lo que dices?-. Dijo inexpresivo, su voz tuvo una nota de amargura.
¡Mil veces peor!
-Si-. Respondí con acritud.
-¿Y porque hasta ahora, eh? Hubiera sido fantástico saberlo desde un principio, ¡Mierda!-. Le pego un puñetazo al abeto mas cercano, lo partió en dos con el golpe, no pude evitar tragar saliva. –Siempre lo supe, siempre… sabia perfectamente que me esperaría al ser participe de esta historia-. Mascullo las palabras como blasfemias. –Como si no fue suficiente con enamorarse de la chica de un vampiro y de paso, enamorarme mas intensamente de su hija, ¡Carajo!-.
Deje que refunfuñara todo lo que quisiera, lo único que no quería era que armara un numerito y mi familia se viera en la obligación de alejarnos y terminar en enemistad.
Casi me llevo un ataque de histeria cuando callo arrodillado en un segundo, se llevo las manos temblorosas al rosto para ocultárselo, me recliné para tocarle el cabello, quería confesarle que me dolía a mí tanto como a él, confesarle que su dolor también era mi dolor, que le amaba pero que nuestro amor nunca llegaría a florecer.
-¿Porqué?-. Se pregunto a si mismo, yo tenia las respuestas, solo tenia que decirlo. -¿Por qué tiene que ser todo de esta manera? ¿No hay salvación? ¿Estoy condenado al dolor hasta el día de mi tan dulce muerte? ¿Por qué no me aparte de Bella cuando la creí muerta? ¿Por qué estuve presente en el alumbramiento? ¿Por qué no simplemente deje que Edward me matara? ¿Por qué?...-. Se lamento.
 Mis lagrimas se desbordaron conforme confeso sus abstracciones internas, sus confesiones hirieron como cuchillas en mi piel, sus palabras fueron gasolina derramada en mis ojos…
-Prefiero la muerte que separarme este día de ti, no estoy preparado, nunca lo estaré-. Susurro casi inaudible en el suelo. –No me imagino una vida sin tu compañía, no me imagino mi muerte sin tu imagen cuando perezca-.
Me acurruque a su lado, intente quitarle una de sus manos de la cara, parecía una gárgola hablante.
-¿Jake?-. Murmure suavemente, intentando apoderarme de sus manos. -¿Jacob?-.
“¡Oh mi amor! Yo tampoco me imagino una vida sin ti, pero debes entender que para mi felicidad, toda mi familia tiene que participar en ello, te amo… yo también te amo, pero entiende que esto no pude florecer, estamos condenados a una vida separada, no hay nada que pueda hacer, nuestro destino se salió de nuestras manos”.
 -Deja el monologo, tienes que marcharte ahora-. Objete.
Sus lágrimas fueron sangre en mis manos, miles de fragmentos de su alma impregnaron mis palmas.
-No tengo que ser melodramático, todo esto es la condena que me merezco-. Levanto su rostro, tomo mi mano derecha y la coloco donde latía desbocado su corazón. –Espero que tu decisión sea irrevocable, porque desde el día de hoy-. Apretó más mi mano en su pecho. –Desde ahora mi lucha será sacarte de aquí-. Me tembló la boca por sus palabras tan hirientes y condenadas. –Tú misma te hundirás sin mí, has sucumbido toda esperanza que guardaba en mí-.
Me postré frente a él, sus palabras doblegaban mis fuerzas, todas ellas eran mi condena no la suya,  yo moriría como una eterna desgraciada, en cambio Jake, lucharía por desterrarme de su alma, muy tarde me había dado cuenta de mis sentimientos hacia él,  muy tarde le había conocido realmente.
-Lo siento…-. Susurre, cerré mis ojos y acaricie con mi nariz la suya, llene de su aroma mis fosas nasales, con mis manos grabe la textura de su piel como una ciega.
Sentí la aproximación de sus labios, sabía perfectamente que su contacto de dañaría aun más, en un futuro cercano.
Abrí mis ojos de par en par en un segundo, salte alejándome de él, dejándolo aun en el suelo húmedo.
-Todo será mejor sin esto-. Murmuré.
-Si-. Dijo al momento de ponerse en pie. –El veredicto esta dictado-.
Ahora venia lo mas difícil, lo que me haría retorcer y gemir en la tumba, lo que haría mis días grises y amargos, de por si era doloroso la despedida cercana, pero mas doloroso seria lo que presenciaría en este momento.
Conté perfectamente los diecisiete pasos que le tomo a Aleah llegar hasta donde nos encontrábamos, tal vez mi esfuerzo por hacer que no llegara a los oídos de mi padre no había funcionado en nada, no seria novedad, no llegaría a ocultarle nada en la vida sin la ayuda de mi madre.
Jacob resoplo cuando lo escucho venir.
-Yo le pedí que viniera-. Dije, secando mis majillas con el dorso de mis manos.
 -Ahora entiendo todo-. Replico después de suspirar.
Lo entendía, sabia que seria mejor de esta manera.
Con cara de vergüenza se acerco tímidamente Aleah, Seth venia detrás de ella, seguramente desconfiaba que le sucediera algo, hice un asentimiento y ella adivino a que se refería.
Jacob estaba receloso, sin duda no esperaba que fuera capaz de pedir favores como este.
-Nessie…-. Murmuró.
-Sera mejor así Jake-. Respondí.
Frunció sus labios, miro desesperado a Seth, como si quisiera ayuda.
-Sera mejor así-. Le dijo Seth, temblando tenuemente.
-Si-. Susurro monocordemente. –Aleah-. Llamo, ella se acerco a él sin vacilación, sabía perfectamente que Seth le protegería si Jake tenía un ataque de exasperación.
En ningún momento no lo quite ojo de encima, obligué mis sentidos a recordarlo siempre, así como sabia que fue para él todos estos años, estaba decidido a aceptar esto, era como si aceptara su condena o como si aceptara sin vacilación la carcelera que le esperaba.
-Nunca quise que fuera de este modo-. Confesé, mi vista estaba pañosa.
-Te entiendo-. Se limito a decir, trague saliva para apaciguar en nudo en mi garganta.
-No dolerá nada-. Dijo Aleah al estar frente a él. Hiso una mueca de dolor en la mención de la palabra “nada”, no habían meritos para asimilarla.
-Eso espero-. Murmuro con la frente en alto.
-¿Qué quieres que olvide Nessie?-. Pregunto Aleah con sus ojos entrecerrados.
¿Por qué todo es difícil y doloroso? ¿Por qué tengo que ser la precursora de tal cruel castigo? 
-Todo-. Se me quebró la voz, pero no soné convincente. –Todo, mis padres, mi familia, ¡todo!-. Afirme con voz clara.
-¿Estas de acuerdo?-. Le pregunto ella.
-Si-. Ella asintió lista para efectuar su poder.
Lleve ambas manos a mi pacho, sentía que en cualquier momento mi corazón saldría disparado y no lo encontraría nunca, seguramente siempre funciono para cantarle a Jake, ahora solo seria un órgano sonoro, inservible y vibrante…
-Una cosa más-. Pidió de repente. –Lo único que quiero recordar, es el rostro de Nessie cuando era bebé, cuando le vi por primera vez, lo demás-. Se encogió de hombros. –Que desaparezca-.
¿Era mucho pedir la muerte inminente que me esperaba?,  a parte que tenía un sufrimiento catastrófico en todas mis entrañas, de paso también tenia que saber que la ultima petición de Jacob era el recuerdo de mi rostro cuando era infanta.
Aleah parecía flacucha a su lado, Jacob se reclino para facilitarle la vida a ella, coloco sus manos en sus sienes para evitar que se escabullera de su mirada, Seth me ofreció su apoyo en ese momento, apoye mi cabeza en uno de sus hombros y deje que me consolara, fui testigo de cómo se dio…
Jacob solo me dedico una mirada furtiva y poso toda su atención a Aleah, ella capturo su mirada, hipnotizado no de desprendió de ella, cinco minutos después que ella se aseguro que lo tenia persuadido le ordeno con voz firme el veredicto.
-No sabes quien es Renesmee Cullen, no sabes nada de ella, de su origen, ¡Nada! Excepto su rostro cuando era bebé, No sabes nada de la familia Cullen ni ninguno de sus integrantes, lo único que sabes es que Bella se marcho con su esposo para ser feliz por el resto de sus vidas, lo demás… olvídalo, no recuerdas sus gustos, no recuerdas su voz, no recuerdas nada de ella-.
Seth apretón mis hombros cuando mis sollozos salieron entre mis dientes.
-Le amo Seth, pero nuestra historia no puede nacer-. Le susurre entre llanto.
-Lo se-. Se limito a contestar. –Ahora vete, regresa a tu casa, témenos todo lo necesario para Jake…-. En su voz no hubo deje de resentimiento, solo comprensión. –No te preocupes más por él-. Me aconsejó. –Jacob olvidara todo-. Prometió.
-Cuídalo por mí-. Le pedí y él asintió.
Jacob parecía estatua parado frente a Aleah, ella seguía enjuiciándolo a olvidar todo lo mío y de mi familia, nunca imagine un final como este, me hubiese encantado vivir mi historia a su lado, pero todo era ficción en mi corazón, tenia que dejar de engañarme, Jacod y Renesmee con congeniaban y nunca llegarían a hacer buenas rimas.
Con profundo dolor sepulcral me aleje de allí corriendo lo mas rápido que podía, obligue a mis piernas débiles y escuálidas no desplomarse, sofoque con mis manos los sollozos que me avasallaban la conciencia, Damon solo fue el producto de la ilusión del amor, lo que de verdad me quiso gritar el corazón es que Jake era el único que podría alegrarlo y hacer de mí, su idólatra y él de mí.
Mis padres no tenían que estar apesadumbrados,  era lo mejor para todos, era mejor para Jacob, él no se merecía vivir en esta situación, era mejor que olvidara todo de mí, aunque el corazón me gritaba que regresara donde se encontraba y viviéramos nuestra historia de amor, no podía, no debía…
Corriendo como el viento, humedeciendo como la lluvia a la tierra, me dirigí aceptando la negrura que seria mi vida desde ahora sin mi razón de ser, sin mi Jacod.





martes, 23 de agosto de 2011

El Apoyo


Estaba lista para morir, ellos me darían una muerte rápida, mi sangre estaba esparcida en la mano de uno de ellos, escuchaba como rugían encantados de compartirme, la sangre adulzada los tenia frenéticos.
No se como sucedió, pero escuche perfectamente el casi silencioso aterrizaje de otro vampiro ¡Como si no fueran suficientes un trió!, termino desconcertándome cuando Víctor aflojo su agarre, quizá había considerado picarme y torturarme lentamente, como el sádico que era.
-Fred, vienes justo a tiempo-. Lo escuche decir.
No sabia si las fortunas existían o que, en este mundo, en el planeta tierra todo podía suceder, lentamente abrí mis ojos…
El vampiro recién llegado era alto, como de un metro noventa, era musculoso y rubio, no faltaba mencionar lo atractivo que era, con el rabillo de mi ojo izquierdo pude observar como Sophie se retorcía con repugnancia, la morena casi hiso la misma mueca, Víctor rio encantado.
-Adivina… hemos encontrado a esta criatura que dice decir que es mitad vampira, mitad humana-. Dijo Víctor con voz arrogante.
Le mire fieramente y solo provoqué su amarre, no podía decir que me asfixiaba,  pero su aprensión no era nada agradable, la fuerza que ejercía la morena no era de mucha ayuda, sentía fácilmente como hacia vibrar la mano de ella, Sophie resoplo disgustada.
-¿Y porque le hacen daño?-. Pregunto el tal Fred.
Víctor se encogió de hombros, Fred demostraba ser mucho mas mayor que él, porque no había mayor explicación ha que se contuviera con el aroma de mi sangre derramada.
-Me pareció que seria divertido, mira, ¿Puedes ver eso, su sangre extraña?-. Murmuró él.
-¿Por qué no la dejas en paz, eh? ¿No crees que con solo uno de ustedes era suficiente? ¿Qué tan sádico eres?-. Inquirió Fred.
-Por favor-. Dijo Víctor seguido de un bufido.
-Hazme el favor de soltarla, por favor-. Pidió el aterciopelado.
Le mire a los ojos al vampiro que pedía  misericordia por mí, aturdido me contemplo por un momento, vi claramente como frunció en entrecejo, quizá se había percatado de mi efluvio o quería darme muerte él mismo.
No se que hiso, porque Víctor se estremeció como si alguien le hubiera electrocutado, me soltó rápido, caí al suelo ya que mi pierna herida no me proporciono soporte alguno, no me di cuenta en absoluto cuando Víctor llevo consigo mi guardapelo, le mire a los ojos. Extendí mi brazo izquierdo, con el derecho apretaba la herida de mi cuello.
-Devuélvemelo-. Le grite, este solo sonrió, quizá creyó que le rogaría, no estaba para ello.
Curioso y entrometido abrió el prestillo y miro la foto que tenia adentro.
-Valla, estos sin duda que son vampiros, no hay computadora alguna que haga un fotomontaje como este, hum…-. Musito cuando vio a la mujer. –Si, esta es una vampira, muy hermosa… muy hermosa-.
-¡Devuélvemelo!-. Le grite, pero sonó como una imploración.
 Se lo paso a la morena, Sophie curiosa se acercó a ella para ver la foto, rieron encantadas por el parecido de mi padre.
-Devuélvanselo por favor-. Pidió nuevamente Fred.
Lo que me sorprendió es que yo era la única que lo miraba realmente a la cara, los demás le miraban con el ceño fruncido, creí que era por respeto, el prometía ser más maduro que todos ellos, una pequeña ráfaga de viento atrajo a mí su efluvio, reconocí su olor de inmediato, era el mismo vampiro que estuvo en el parque de Kentucky, suspire cuando Sophie me lo tiro a la cara.
-¡Vamos hermano! Su sangre puede ser más dulce que su aroma, o quizá amarga, no tengo idea, ¡vamos! Acompáñanos-. Le ofreció Víctor.
Fred dio un paso a mí, esta vez no cerraría los ojos hasta que estuviera completamente segura que me matarían, su rostro se vio totalmente iluminado por la luna, el iris de sus ojos eran rojizos, una gota de esperanza me arrulló.
Él vio mi repentina esperanza, no se porque, pero sonreí por esa idea, él me devolvió la misma sonrisa torcida, aferre mi guardapelo con mi mano libre, no quería separarme de el si iba a morir por este vampiro simpático.
Resoplaron intranquilos he inquietos mis verdugos, Fred me acurruco frente a mí, temblé y me aleje instintivamente, estaba sangrando y aunque fuera mayorcito no quitaba desconfianza en que no se controlaría cuando viera lo atractivo de mi sangrado.
Le sostuve la mirada, no tenía intenciones de apartarla de allí, ladeo su cabeza, el miedo no me permitía hablar, no creía que la senectud había hecho eso en sus ojos, era la sangre animal la única capaz de diluir el color del iris. Abrí un poco la boca, pero al no encontrar el habla la cerré.
-¡Vamos, Mátala!-. Casi demando la morena.
Fred se arrojo a ella y la tomo por el cuello como lo hiso Víctor conmigo, ella gimió de dolor, supuse, los otros intentaron ayudar a la cautiva pero se detuvieron rápidamente, era como si Fred los repeliera o eso fue lo que entendí.
-Fred, deja a ir a Mónica-. Pidió el líder.
Todos excepto Fred y yo mantuvimos la cordura, los otros se vieron cabizbajos por lo que les hacia sentir Fred, apreté mi herida, la profundidad impedía que sanara rápido, mi mayor problema era que no dejaba de cesar el sangrado, gemí de dolor cuando el frio impacto mi herida.
-¡Márchense!, no quiero lastimarte Víctor y no quiero guardar enemistad en lo absoluto contigo, pero si te empeñas en hacerle daño a esta chica me veré en la obligación de lastimarte-. Los amenazo.
-Como digas, suelta a Mónica y nos marchamos-. Prometió Víctor.
Cuando él la libero, rápidamente Víctor me miro y vi sus intenciones de matarme, a mi me costaría regenerarme si desprendía mis extremidades, yo sangraba y seguramente si me decapitaba, allí quedaría toda mi existencia.
Fred se interpuso rápidamente entre nosotros, el líder al verse asechado por cualquier cosa que ejercía Fred en ello lo retito de inmediato, yo no me veía afectada por su don, me era mas fácil verle a la cara que a Víctor.
Fred se acurrucó a mi lado cuando estuvo seguro que no me molestarían más mis yugos, aparto los cabellos que cubrían mis ojos, acaricio mi mejilla izquierda y sonrió simpático, no me quedo otra que corresponderle.
-Hola-. Dije, me sentí estúpida por decirlo, era lo único que se me ocurrí en ese momento.
-Hola-. Respondió. Rio entre dientes.
Mire detenidamente sus ojos rojizos, eran como los de mi madre cuando se incorporo a la dieta animal, hice una mueca de dolor, no sabia cuanto tiempo me tomaría sanar, lo único que no quería era una cicatriz en mi rostro. Reí nerviosamente, él levanto una ceja.
-Veo que el destino nos ha juntado por algo-. Me contemplo incrédulo. –La dieta animal se te da muy bien-. Hice un cumplido.
-¿Co- como lo sabes?-. Pregunto.
-Por el color de tus ojos-. Respondí de inmediato. –Solo la sangre animal puede diluir el color rojo, no puedo creerlo-. Negué con la cabeza, sonriente.
-Hablas como si lo supieras todo, como si leyeras mi mente-. Dijo después de un minuto deliberando mis palabras.
-No, el que lee mentes es mi padre-. Murmure apretando mi herida.
-¿Tu padre?-. Si me permitía le contaría toda la historia.
-Si, mi padre lee mentes, pero ¿Cómo fuiste capaz de enfrentarte a ese aquelarre? Era como si fueras un… un repelente de vampiro-. Musite.
-Si, tengo la capacidad de hacerlo, lo cual me recuerda ¿No te sientes mal al verme?, lo ases como si completaras a una pared en blanco-. Inquirió él, me encogí de hombros.
-Herede eso de mi madre, he allí el porque no me afecta en nada lo que eres capaz de hacer-. Le conteste.
La expresión incrédula lo hacia fruncir el entrecejo, sin duda sentía que le hablaba en otro idioma ininteligible, me di cuenta desde allí lo elegante que vestía, arrancó un trozo de su camiseta y me la entrego para que yo apretara mi cuello.
Sentí como la herida se estaba regenerando, ya no sangraba mucho, pero la herida no dejaba de dolerme, suspire y mire recelosa a Fred, no sabia si tenia otra habilidad o que, pero por el simple hecho de tener los ojos llegando a ambarinos, sentía que era mi amigo, ¡y mas! Mi superhombre.
-Cuéntame, me estoy quebrando la cabeza, ¿Cómo es eso que tienes padre?-. Pregunto confuso.
-¡Auch! Hum… veras, como sabes, soy hibrida, he nacido hace unos ocho anos, no soy tan mayor, es solo que tuve un desarrollo acelerado, ¡Ay!-. Gemí. –Son ellos, mira-. Le mostré mi guardapelo.
Fred miro detenidamente la fotografía, gemí nuevamente de dolor, esto me dejaría una cicatriz.
 -Sigo sin entender-. Murmuro.
-No es difícil, no tienes que entender todo, solo tienes que saber es que mi familia ha hecho lo mismo que tú, ellos se alimentan de sangre animal, no tengo que leer tu mente para saber que estas enamorado de una humana y no quieres lastimarle, esa es la razón de tu abstinencia-.
No lo había considerado, tal vez me había equivocado.
-Si, es verdad, por esa razón he buscado a un clan… un clan, se poco de ellos, los busque hace un par de meses en lo que fue su antigua morada, me vi acechado por unos lobos del tamaño de caballos salvajes, no se… creo que son difíciles de encontrar, eso demuestra lo poderosos que son-.
-¿Cómo se hacen llamar ello?-. Tal vez podría ayudarle en algo, él salvo mi vida, mi abuelo Carlisle seria conocedor de otro clan de ojos amarillos, quizá se trataban de los de Denali.
-Cullen-. Respondió al fin.
Mi rostro se torno impresionado, tanta coincidencia, este era el mismísimo vampiro que buscaron mis padres en nuestra ultima visita en Forks, el moverme provoco un dolor agudo.
-Cullen-. Repetí. -¡Auch! Eso quiere decir que tú eres Fred “El Freaky”-.Dije cuando por fin recordé su sobrenombre, él abrió los ojos como platos.
-Segura que no lees mi mente-. Comento después de sacudir su cabeza a los lados.
-No, como te he mencionado, mi padre es el lector de mentes, una noche me conto sobre ti, sobre un batallón de neófitos en Seattle, de victoria y de Bree…-.
-¿Eh? ¿Bree?-. Repitió y yo asentí. –Tenia tiempo de no escuchar ese nombre, ¿Ella esta viva?-.
-Siento dar malas noticias, pero no, los Vulturis le mataron hace mucho tiempo-.
-¿Los Vulturis? Ah ya… se de ellos, son muy poderosos, fue por ellos o mejor dicho, los testigos de sus actos que hicieron que los rumores de ustedes vinieran a mis oídos-.
-¿Rumores? Hum… creo que te refieres al hecho de que nos consideran “poderosos”-. Resople burlonamente.
-Mas que eso, ustedes son realeza, y sino me has mentido, eso te convierte a ti en princesa-. Hice una mueca, no me gustaba tanto la idea.
-Cuéntame ¿Qué más se dice de mi familia?-. Pedí, después un momento en silencio.
-Creo que ya lo sabes, que son muy poderosos, casi invencibles, que son tan poderosos como los Vulturis, que son capases de formar un batallón letal entre vampiros poderosos y perros enormes-. Dio una carcajada que me hiso estremecer.-se sabe perfectamente que son muy difíciles de vencer, son inexpugnables, que  todos ustedes poseen talentos, dones que les ayudan a saber si alguien piensa atacarlos, y…-.
-Bla, bla, bla-. Termine yo, él asintió.
-Y dime, perdón que suene brusco pero… ¿No me mientes?, todavía no puedo creer todo lo que me has dicho y…-. Coloque mi mano libre y la pose en su mejilla izquierda.
Le mostré las cosas necesarias, no tenia que mostrarle todo, solo lo necesario, después de un buen rato lo libere.
-¿Me crees ahora?-. Pregunte, sabiendo ya la respuesta.
-Sin dudarlo, ¿Renesmee?-.
-Dime Nessie, hum… aun no te he agradecido por salvar mi vida, te debo una grande-.
-No hay de que, me pareció despreciable el comportamiento de Víctor y su aquelarre, me han causado dolor de cabeza desde mucho tiempo, estuve a punto de no llegar a tiempo.- suspiro. -¿Te duele demasiado?-.
-No, el dolor no es mi preocupación, lo que mas me preocupa es la cicatriz que esto me dejara, si es que logra sanarse, claro-. Refunfuñé. –Gracias por salvarme-. Agregue después.
-No lo digas  mas, no hay de que, ¿Por qué estas sola? Siempre creí a los Cullen como un solo-.
-Si, y lo somos, lo que pasa es que estoy en una expedición en solitario, mi madre vendrá rápido-. Afirme.
-Hum… bueno-.
-Sabes, tengo muchas cosas a las cuales agradecerte, a demás de salvarme la vida, tú… bueno, te escapaste cuando el grupo liberado por Victoria amenazo con matar a toda mi familia, tú fuiste el único que escapo, o eso creo, de todas formas, mi madre era a quien darían muerte ese día-.
-Valla, no dejas de sorprenderme-.
Reí encantada, apenas llevaba una hora con él y me sentía feliz de su compañía, aunque estuviera en vías de recuperación, me estaba divirtiendo con Fred, tal vez fue un mal chico en un comienzo, la mayoría pasaba por esa etapa, pero ahora, ¡él era un gran tipo!
-Amas a un mortal ¿No es cierto?-. Dije para sacar plática.
-Si-. Respondió en tono de orgullo. –Pero no puedo acercarme mucho a ella, yo sabes, temo repelerla-. Se encogió de hombros.
-Hum… entiendo, ¿Y como piensas que podríamos ayudarte?-.
-No lo se, tenia la esperanza de que tuvieran algo con lo cual podrían ayudarme, le he esperado por mucho tiempo, le he visto crecer y madurar, quiero hacerla mi compañera-.
-¿Y que es lo que te detiene?-.
Dudó entonces, tal vez era íntimo, él no tenía que contármelo sino quería.
-Ella quiere descendencia, yo no puedo dárselo, no sin matarla-. ¡Ah! eso era complicado, pero no difícil.
-¿Quiere hijos?-. Él afirmo. –Bueno… no es algo fácil pero, tienen que ser los dos fuertes para sobrellevar y pasar por ello, una humana puede quedar embarazada de un vampiro, lo difícil es tratar de no matarla-. Espete.
-¿Pero como la salvo de morir desgarrada por dentro?-.
Hum… sin morir desgarrada… ¡Blim, blim!
-¿Qué tanto sabes?-. Pregunte.
-Solo se que ellas mueren en el alumbramiento, mueren desgarradas por… ejem, por los de tu clase-. No quería ofenderme, eso me hiso reír.
-Si, en parte es cierto, mi padre logro salvar a mi madre por un pelo, yo casi la mato, lo único que tiene que hacer es alimentarse de carne y sangre animal, cuando el bebé este afueras tienes que hacer todo lo posible para que su corazón no deje de latir-.
-Hum… ¿Vampirizacion de emergencia?-.
-Si-. Asentí. –Justamente-.
Me moví incómodamente, no pude evitar gemir de dolor ante ese acto.
-¿Te ayudo a levantarte?-. Ofreció, medio sonreí.
-Por favor-. Dije alegre, el suelo grasoso me daba pavor.
Fred se agazapó frente a mi, intento acomodar uno de sus brazos en mi pierna herida, no pude evitar el grito de dolor…
En un segundo todo cambio, Fred fue arrojado a la otra esquina, muy lejos de mí,  me puse ansiosa, quizá los otros vampiros habían decidido regresar, busque con la mirada el borrón que lastimo a mi amigo.
Reconocí perfectamente la pequeña silueta de tía Alice, ella era la que había apartado a Fred de mí, o quizá mi madre, mi tía llevo sus manos a sus sienes como si tuviera neuralgia, rezongó.
-Bella-. Llamo por mi madre, entonces estuvo a mi vista.
Mi madre ocupo el lugar de mi tía, mi mamá le gruñó a Fred, su don era impugne con mi madre. Cuando vi que se preparo para lastimarlo me alarme.
-Madre, dejadlo, él es Fred, un amigo-. Grite.
-¿Un amigo?-. Repitió mi tía, yo asentí. No dejo de gruñir.
-¡Mamá, déjalo!-. Exclame nuevamente.
Se alejo de él sin antes fulminarlo con la mirada amenazadoramente, suspire tranquila, Fred no era el culpable de mis heridas,  mi tía no le quito ojo, seguramente mi madre le estaba protegiendo con su escudo, en ningún momento Fred apaleó luchar  con ellas, simplemente había una tergiversación.
Mi madre me vio con verdadero dolor, se acerco a mi lentamente, como si temiese que la cercanía que mataría, sus ojos se movieron como si quisiesen llorar, yo la miraba de igual manera, odiaba el espacio que nos separaba.
-Ne… Nessie-. Susurro, con una mano extendida para acariciar mi mejilla izquierda.
-Mamá-. Dije yo, con mi mano libre toque su cara, le mostré lo tan feliz que estaba de reencontramos. Ella cerró sus ojos, dejándose llevar por el flujo de imágenes, suspire cuando le comente todo.
-¿Quién te hiso esto?-. Inquirió con voz ahogada. –Dímelo-.
-Unos vampiros, pero descuida, Fred los aparto de mí, el fue quien me salvo, los otros quisieron probar mi extraña sangre, son neófitos, ya sabes-. Mi tía resoplo de coraje, al igual que mi madre.
Reí, me sentía como la actriz que esta sucumbiendo, no seria este mi día, ahora que estaba mi madre cerca de mí, no lo seria… se giro entonces viendo con otra mirada a Fred, sin duda estaba agradecida.
-Gracias-. Musito, acercándose a él. –Estoy en deuda contigo-.
-No hay de que, cualquiera con cerebro lo hubiera hecho-. Respondió tranquilo, tía Alice abandonó su posición, ya no le guardaba recelo.
-¿Cómo sucedió?-. Pregunto mi madre, yo no quería hablar de ello, negué con la cabeza pero ella tomo mi mano, se la coloco en el cuello, no podía negarle las imágenes, se lo mostré todo, mostro sus colmillos.
Refunfuñé de dolor, la carne se me estaba uniendo, sanándose, eso no impedía que doliera.
-Déjame ver…-. Pidió ella tomando la mano que apretaba en mi herida, sentí sus dedos suaves, ella estaba preocupada.
No forcé a ocultárselo, miraba en tenue temblor de su cuerpo, le costaba trabajo contenerse de a por ir por el aquelarre, los vampiros eran vengativos por naturaleza, mi tía Alice se acerco, escuche como tragaba en veneno.
-Esto se ve mal, ¡Pero muy mal!-. Prorrumpo mi tía, mi madre asintió, mire a Fred, él se mantenía a distancia, precavido para no fastidiar a mis protectoras.
-La pierna…-. Susurro Fred, él también se preocupaba por mis heridas. Mi tía se apresuro a romper mi jeans.
Pude ver fácilmente la lividez de mi piel, en mi pierna había una resquebrajadura como porcelana agrietada, poca sangre había en ella, sin duda la peor parte me la lleve en el cuello, mi tía paso una mano tocando el camino herido de mi piel, tal vez el dolor era psicológico, ahora que estaba cómoda, no me dolía tanto.
-Esto me dejara una cicatriz enorme, me llevara mucho tiempo para sanar-. Comente, gemí cuando mi madre limpio con el mismo pañuelo mi sangre.
-Si, hay una forma de acelerar la curación-. Musito mi madre con ojo clínico en mi cuello. –Pero te será doloroso-.
-¿Cómo?-. Inquirí.
-La ponzoña de vampiro sirve para hemostático, será como alcohol, te dolerá demasiado-.
-No importa, hacedlo, no importa…-. Apreté el brazo que tenia en mi cuello.
Miro desesperada a mi tía, ella sonrió para infundirle valor, ella mordió sus labios claramente mortificada,  apreté nuevamente su brazo, no quería que tuviera temor. Asentí demostrándole mi valor.
-No tengo que perforar tu piel, no temas, no te morderé, solo necesitas saliva…-. Susurro conforme se acerco a mí, yo confiaba el ella, no tenia que desconfiar, además, ella era mi madre.
Tía Alice también se agazapo acercando su boca a mi pierna, cerré mis ojos, no quería mirar lo que harían, así tendría menos miedo.
Sentí sus lenguas heladas deslizase por mi piel herida, en ningún momento sus dientes me lastimaron, fue agradable en contacto pero luego, sentí caliente la parte húmeda, apreté mas el brazo de mi madre, cerré fuertemente mi boca para evitar los gritos y gemidos del dolor.
De seguro la reacción era como un analgésico en la piel, o quizá peor, quizá se podía comparar con la morfina, mi intento se mantener callada me fallo, no me di cuenta que estaba llorando de dolor, hasta que mi madre limpio con sus pulgares mis lagrimas.
Me retorcí allí, frente a ellas sin evitarlo, era un temblor indócil, gemí y me sacudí de dolor, mi madre me bisbiseaba para calmarme.
Levantarme levanto buena parte de mi cuerpo pasa acurrucarme en su pecho, me retorcí allí, ella acariciaba y tarareaba, arrullándome a callar,  era mas doloroso que el apretujón de Víctor y sus secuaces. Estuve en ese estado por media hora, las heridas estaban selladas, pero no dejaba de sentir el líquido en mis venas.
-Shhh… Nessie, calla, ya pasara, ya pasara-. Me contemplaba mi madre.
Cuando pude contemplar las sacudidas, Fred se ofreció por cargarme, mi madre no tuvo otra opción de aceptar su ayuda, él se agazapo para que yo me sujetara por sus hombros, me acomode fácilmente en su espalda, crucé mis piernas en su cintura, si necesitara oxigeno lo hubiera asfixiado.
-¿A dónde se dirigieron?-. Pregunto molesta mi madre.
   Sin duda se vengaría, no quería que lo hiciera, sabía perfectamente que los noveles eran más fuertes que los maduros, tía Alice sabía pelear contra ellos fácilmente, su don le era de mucha ayuda.
-Se fueron por el sur-. Respondió Fred de inmediato.
-¿No te molesta si le hacemos una visita?-. Inquirió mi tía, él negó con la cabeza.
-No son mis amigos ni nada por el estilo, si quieren visitarlos no tengo problema alguno-. Comento Fred mientras las guiaba.
Salimos y nos alejamos de la cuidad rumbo al Sur, era casi la llegada de la aurora, yo no rezongue en nada, ellas solo les llamarían la atención, o eso era lo que supuse en el camino.
Llegamos a una casa con aspecto claustrofóbico en las afueras de la cuidad, se escuchaban los ruidos de los vampiros, alguno de ello miraba televisión, podía escuchar la fogosidad que tenia los dos restantes,  se vieron alertas he interrumpidos con nuestra llegada.
Creí en un momento que mi madre llamaría a la puerta, fue mi tía la que derribó la tabla de un golpe, ambas tenia una mirada fiera, yo si fuera ellos, no me cruzaría en sus caminos. Me hice una seña a Fred para que nos quedáramos de espectadores, él estuvo más que de acuerdo. Separados, pero con la lejanía necesaria contemplamos la escena.
-¿Qué demonios pasa aquí?-. Dijo Víctor semi vestido.
-¿Qué se les ofrece? La ciudad es toda nuestra-. Gruñó Mónica, la cual era su amante, rápidamente se poso Sophie al otro lado de Víctor para resguardarlo.
-No venimos por su cochina y sucia sangre, sino para prevenirlos-. Contesto mi madre entre gruñidos.
-¡Aja! ¿Y porque, eh?-. Pregunto el vampiro. Mi madre le miro seriamente, después de un resoplido le mostro sus dientes.
Los gruñidos eran señal de reto, Víctor no tolero eso y se agazapo para atacarla, mi madre fue mas rápida y se arrojó a él, las otras intentaron ayudarle, pero tía Alice, no se como, pero las aparto de su lado,  se vio rodeaba por ellas, ambas reían altaneras, un simple movimiento mando a volar a Mónica, aprovecho el momento para desprenderle la mano a Sophie.
Mi madre como una fiera indomable, atrapo fácilmente por el cuello a Víctor, apretó de él, estaba segura que lo decapitaría sin problema alguno.
-Te gusta hacer daño ¿Eh?-. Susurró amenazadora mi madre. –No te metas con mi hija, ¡entendido!-. Vocifero realmente furiosa.
-¿Tu hija?-. Musito Víctor, mi madre le apretó mas el cuello, escuche como su piel se fragmentaba.
-Si, ¡mi hija idiota!-. Le aseguro ella.
-No se de que hablas-. Mintió él.
Ella rio sombríamente, sin duda la idea que un vampiro sufriera de amnesia.
-Te refrescare la memoria, atacaste a un chica hace unas tres horas… ¡ella es mi hija, maldito! Le atacaron ustedes y eso te costara un brazo-.
Como un rayo, le soltó no sin antes sujetarle bien del brazo izquierdo, de un tirón se lo arranco, ni siquiera le quedo oportunidad de escapar. Cuando Mónica intento ayudarle, mi madre le dio un puñetazo en la cara.
-No nos busquen, ni siquiera lo intenten, si lo hacen, morirán-. Les amenazo mi tía Alice. –Él que ose a meterse con nosotros, cualquiera de ustedes tres, verán las consecuencias-. Escupió el suelo y salieron las dos.
No sabia que hacer, o como comportarme, sin duda eran letales, aunque estos vampiros tenían la ventaja de la fuerza, pero aun así, no significaron nada para ellas, se acomodo los cabellos mi tía cuando salieron de esa indigente casa, mi madre escupió el veneno.
Si yo fuera ellos, tomara muy, muy a pecho sus amenazas, sabia que les costo refrenarse a matarlos del todo.
Nos esfúmanos de allí rápidamente, mi madre era ahora la que guiaba, fue una carrera contra el astro sol, no tardaría mucho en salir por las llanuras, no fue objeto de asombro dirigirnos al aeropuerto de Knoxville.
-Gracias por salvar a Nessie-. Dijo mi madre.
-Estamos en deuda contigo, si pudiéramos hacer algo por ti…-. Ofreció mi tía.
-No, no hay de que, Nessie me dijo todo lo que quería saber-. Afirmo él.
-Ahora que me doy cuenta…-. Musito mi madre. –Tienes los ojos color naranja rojizo, compartes las mismas ideologías que nosotras-.
-Si, Nessie me comento de ello, tienen que saber que ahora no es nada extraño, muchos, después de que los sanguinarios Vulturis quisieron acabarlos tomaron su idea y respeto al mundo humano.- Suspiro. –Hay muchos que han seguido sus pasos-.
-Oh… ya hemos escuchado algo similar, pero es bueno escucharlo de la boca de alguien que realmente lo esta practicando, se bienvenido-. Le ofreció tía Alice su mano.
Yo aun me encontraba en la espalda de Fred, no le fue difícil sostenerme con solo una mano, le estrechó la mano tranquilamente, a mí me simpatizaba Fred.
-Siéntete libre de visitarnos cuando quieras-. Dijo mi madre, toda la familia estaría agradecida con él.
 Me deposito en el suelo, cuando mi madre le dio la dirección y el número telefónico, podía sostenerme bien, pero trastabille por un momento, mi tía estuvo presta a sostenerme antes que me estampara en el asfalto.
-Gracias-. Espeto Fred. –Hasta entonces-. Se despidió con una mano.
-Hasta entonces-. Respondieron ella, yo me acerque más a él.
Le di un beso en la mejilla, mostrándole mi entera gratitud, y mi educación, Fred paso efímeramente uno se sus brazos en mis hombros, medio me apretó.
Nos alejamos allí, mi madre ocupo el lugar de mi tía, supuse que iría a buscar algún equipaje escondido,  abrace fuertemente a mi madre, ella me apretó a su cuerpo, su temperatura gélida no fue motivo para que castañeara mis dientes, estaba mas que agradecida de tenerla cerca. Ella froto mi espalda para proporcionarme calor.
Mi tía llego dos minutos después, con un maletín de mano, saco de allí ropa para mí, no seria nada prudente andar ensangrentada en el aeropuerto. Me acompañaron a la oscuridad, allí me deshice de mis ropas. Oculte mi cuello con una bufanda, tenia pinta de alguien que estaba en vías de recuperación, o alguien lesionado de pierna.
Fue un verdadero aplacamiento saber que traían consigo mi pasaporte, mi tía compro boletos de primera, ella me dejo ir con mi madre, me sentía feliz y segura entre sus brazos, casi silencioso tarareó una canción muy conocida en mí para dormirme.